Tres días en Marrakech

 Como  siguiente destino decidimos ir a Marrakech. Me hablaban muy bien de allí y sabía que me iba a gustar. 

De allí dicen que o te encanta o no te gusta nada, y nosotros ya os digo que ya estamos pensando en volver… 
  
Hemos estado tres noches, por lo que no hemos hecho ninguna excursión fuera de Marrakech. Siempre estamos de aquí para allá para ver el máximo de sitios cuando viajamos a algún sitio, y esta vez íbamos con la mentalidad de ir a descansar, disfrutar de la zona y cero agobios para no acabar cansados. 
  
Las excursiones más típicas  que te ofrecen son a Essaouira, al norte en la zona de la playa, pero estaba a 180 km y se tardaba dos horas y media en bus y lo mismo para volver, así que eso nos echó para atrás.  Una pareja que fue también a nuestro hotel, estuvo 3 días en el desierto (en realidad hicieron sólo una noche en el desierto, durmiendo en una jaima, pero al estar lejos, el viaje era de unos 3 días en total, ir y volver), y según nos lo contaban nos estaban entrando ganas de volver para ir allí, al desierto ¿por qué no? Pero eso será otro viaje, así que ahora nos centraremos en este, Marrakech.



Nuestro hotel, el Riad dar Maia, estaba muy cerquita de la famosa plaza, Djemaa el Fná, que es el centro de allí. Además estuvimos muy bien porque la dueña del hotel es española, de Barcelona, nos contaba su historia y nos recordaba a españoles por el mundo, se vino a Marrakech hace cuatro años con su familia. La mujer muy simpática, nos explicó bastantes cosas de allí, cómo movernos, qué ver, cuánto pagar por las cosas, así que nos facilitó bastante las cosas. Esta era nuestra habitación, una monada situada en la primera planta del hotel.  




Mi habitación en el Riad dar Maia


Plaza Djemaa el Fná



 A cualquier hora puedes saborear un zumo de naranja en la plaza Djemaa el Fná, por sólo 4 Dh (unos 36 céntimos de euro, aproximadamente). Para saber más o menos los precios, multiplicábamos por 9 los Dirham, la moneda oficial de allí. No os preocupéis por el cambio. Hay muchas casas de cambio cerca de la plaza, o incluso nosotros lo que hacíamos era sacar del cajero, que daba buen cambio. 


Tomando un zumo de naranja

Estar en el interior de la medina es como retroceder en el tiempo 30 años, los olores me recordaban a pueblo, las casas, las chimeneas, leña, muchos objetos antiguos (veías tiendas o puestos donde vendían o arreglaban aparatos, radios, teléfonos de hace bastantes años y te entraba un poco de nostalgia)...


 Pasear por los zocos y perderse en ellos es obligatorio. Sin prisas. Además, si tenéis intención de comprar algo, no lo hagáis el primer día. Sólo observad e id mirando precios, por lo menos para saber los precios iniciales que os dan (inflados desde 3 hasta 5 veces, sin exagerar).


Zocos



Zocos Marrakech


El tema de los zocos puede resultar muy agotador si no te gusta mucho el regateo. Todo, todo se regatea, te pueden llegar a inflar un precio como ya he dicho 3, 4, 5 veces... por lo que nunca llegas a saber cuánto vale realmente algo, y siempre que compras algo acabas con la sensación de que has pagado de más. Si uno no tiene ganas de regatear, fijas un precio que no vas a subir y no lo subes en ningún momento. Si no llegáis a un acuerdo, sal de la tienda, casi siempre el vendedor ira detrás y te dirá que vale, que acepta el precio (a menos que hayas ofrecido una ridiculez, ante lo que te dirán 'vamos a fijar un precio democrático, españoles y nosotros, como hermanos'). Otras grandes frases son: 'Más barato que Ryanair' o 'Españoles crisis, ya sólo Mercadona, no comen fuera' (cuando no querías entrar en algún restaurante que ellos te indicaban).

De vuelta al tema, si te gusta regatear, los zocos son tu sitio. Ante el primer precio que te den, pon cara de susto. Ellos te dirán que les des tú un precio, pero mejor espera a que bajen ellos de precio un par de veces más para 'ganar varias tiradas'. Luego propón un precio mucho más bajo del que estarías dispuesto a pagar, y allí ya empezará el juego. Ellos irán bajando de precio y tú lo irás subiendo, hasta llegar a un término medio. Pero tened cuidado, porque por el mismo bolso en un puesto me pidieron de primeras 600 Dh y en otro 250 Dh iniciales. Lo que te pidan de primeras os puede dar una idea de dónde comprar y dónde no. Por este bolso que os comento y que compré en el primer sitio, de 600 llegamos al final a 180 Dh, que fue lo que pagué. Pero cuando vi que en otro sitio me pedían al principio 250, supe que lo podría haber conseguido por unos 100 Dh.

 Eso sí, no hagais como yo, una vez que hayais comprado algo, no le deis más vueltas, comprado está. Al estar la moneda en Dirham, parece que es mucho más dinero de lo que es en realidad y luego echando cuentas puedes darte cuenta de que has estado regateando un buen rato por una diferencia de sólo un euro, pasa a menudo.

También nos habían comentado que te solían agobiar en las tiendas y puestos para que entraras y les compraras, pero vamos que ahí no nos agobiábamos, entrábamos y salíamos cuando queríamos.


Callejeando por los zocos


Vereis por todas partes aceite de Argán. Tened cuidado si es muy barato, porque lo más seguro sea que no sea 100% argán sino que esté rebajado con algún otro aceite.


¿Qué sitios visitamos allí? Tranquilamente y sin agobios vimos el museo de Marrakech (allí son baratos, 10 Dh, unos 90 centimos de euro y se ven enseguida), la Medersa (escuela coránica), Palacio de la Bahía y Palacio El Badi, las tumbas Saadies, los jardines de Mayorelle (de Yves Saint Laurent, siento decir que esperaba más de lo que eran), y un paseo en Calesa (el coche de caballos) por los palmerales (tampoco me pareció gran cosa, al final te llevan a un sitio para montar en camello pero no quisimos porque ya habíamos montado en  Lanzarote).

Cuidado cuando queráis ir a un sitio, os dirán muchas veces 'es por allí, pero ya está cerrado'. No haced ni caso. Lo suelen decir para luego llevarte a otro sitio o tienda de algún familiar suyo. A nosotros nos lo dijeron unas tres veces en total, a horas en las que sabíamos que seguro estarían abiertos los sitios, como así fue. 


Museo de Marrakech

Museo de Marrakech

El museo de Marrakech, situado junto a la madraza Ben Youssef, es un magnífico palacio construido en una parcela de 2.108 m², dotado de un patio grande y confortable de 709 m², típico del arte morisco,  transformado un museo privado y lugar de acogida de actividades culturales.

Se encuentra en el antiguo palacio Mnebbi, que fue construido a finales del siglo XIX por el gran visir del sultán Mulay Mehdi Hassan. El edificio sigue el estilo de la casa marroquí tradicional. Una puerta decorada conduce a un patio abierto, actualmente cubierto por una lona, con alicatados zellij y tres surtidores de mármol en el centro. Desde el patio se accede a las salas de la planta baja y las plantas superiores

El palacio fue restaurado y rehabilitado como museo por Omar Benjelloun, que era un gran coleccionista y mecenas marroquí. El Museo de Marrakech está financiado y gestionado por la fundación Omar Benjelloun.

Este museo ha organizado desde 1995 únicamente exposiciones no permanentes de arte contemporáneo o sobre el patrimonio cultural marroquí. En la planta baja se exponen objetos de cobre martillado, armas y joyas bereberes y vestimentas. Son objetos que aún se llevan y se usan en las zonas de montaña.

El salón del primer piso tiene una decoración hispano-morisca y muebles de cedro.

El museo también organiza y acoge manifestaciones diversas, como conciertos, representaciones teatrales y coreográficas, proyecciones de películas, coloquios, jornadas de estudio y talleres.


Lámpara y techo del museo de Marrakech

Museo de Marrakech

Madraza de Ben Youssef



La Madraza de Ben Youssef es una madraza anexa a la Mezquita de Ben Youssef, en Marrakech, Marruecos. Alberga algunos de los más bellos ejemplos de arte y arquitectura de Marruecos.

La madraza, donde más de 800 estudiantes memorizaban el Corán, fue fundada por el sultán Abou el Hassan en el siglo XIV. Sin embargo, fue totalmente reconstruida por los saadíes, quienes dejaron una mayor muestra de arte y arquitectura en la misma.
En el centro de la madraza se dispone un gran patio de abluciones con una alberca central. Los edificios están hechos de madera de cedro con estuco y azulejos de colores.
La sala de rezos posee una de las decoraciones más exuberantes del conjunto, usando piñas y palmeras para la decoración del mihrab.
En toda la madraza hay numerosas inscripciones en estuco y azulejo, de las cuales la más común es el basmala.


Madraza Ben Youssef


Mederssa o Madraza Ben Youssef

Madraza Ben Youssef


La plaza Djemaa el Fná por la noche es como un espectáculo mires por donde mires, encantadores de serpientes, mujeres que te tatúan con henna, puestos de zumos de naranja, de lámparas (por la noche son preciosas), chicos haciendo bailes y volteretas, hombrs que a la mínima te plantan el mono encima para que te hagas la foto, los aguadores...

La Plaza de Yamaa el Fna es la principal plaza y el más famoso lugar de  Marrakech. Se levanta a escasos metros de la Mezquita Kutubía, por lo que queda dominada por su alminar. Rodeando la plaza hay también varias mezquitas, más modestas, que acompañan a la Kutubía.

Hay varias hipótesis sobre el nombre de la plaza; según algunos significa "asamblea de la aniquilación", ya que era el lugar donde se ajusticiaba a los que delinquían; también se sugiere que "asamblea" o "reunión" es una referencia macabra al hecho de que se exhibían las cabezas cortadas de los ajusticiados rodeando la plaza, como si estuvieran celebrando una reunión. Otras teorías señalan que, puesto que la palabra ŷâmiʻ también tiene el significado de mezquita , podría significar "lugar de la mezquita destruida", en referencia a la mezquita almorávide que debió de alzarse allí.

La plaza es de grandes dimensiones y está rodeada por todos los lados, menos por uno, por la medina repleta de zocos clasificados por su actividad principal. En los bordes de la plaza se han establecido un buen número de cafés, y restaurantes de todas las categorías, que abren sus terrazas hacia el espectáculo que se forma en esta monumental escena.

Todo en Marrakech gira en torno a Yamaa el Fna. Miles de personas se dan cita en este espacio público llenándolo de color, cultura y negocio. Contadores de cuentos, maestros exponiendo sus enseñanzas, encantadores de serpientes, danzantes, dentistas, vendedores de zumos de fruta, acróbatas, escritores de cartas, aguadores... un infinito número de actividades y personas que se juntan y van abarrotando la plaza y sus callejeas adyacentes según va llegando la noche.

Los puestos de comida especializados, cada cual en su hacer, inundan con la noche una parte de la plaza, que queda iluminada por cientos de lucecitas e inundada de humo con multitud de olores.

En el año 2001 la Unesco proclamó e inscribió en 2008 El espacio cultural de la Plaza Jemaa el-Fna en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En el año 2011 un atentado en uno de los cafés que rodean la plaza dejó un saldo de 14 muertos (11 turistas extranjeros y 3 marroquís) y 20 heridos.

 Ver la plaza desde lo alto de una terraza mientras cenas es precioso, todas las noches allí son como si se celebrase una gran fiesta. 




Plaza Djemaa el Fná de noche


Palacio de la Bahía



EPalacio de la Bahía es un palacio y un conjunto de jardines situados en Marrakech, Marruecos. Fue construido a finales del siglo XIX, con la intención de ser el palacio más grande de todos los tiempos. Su nombre significa "brillantez". Como en otros edificios del mismo periodo en otros países, se quería capturar la esencia de los estilos islámico y marroquí. Los jardines tienen una extensión de 8.000 m².


Construido a finales del siglo XIX por Si Moussa, gran visir del sultán, para su uso personal, este palacio tendría el nombre de una de sus esposas. El harén incluye un gran patio decorado con estanque central y está rodeado de habitaciones, destinadas a sus concubinas.


Cuando el esclavo Abu Ahmed subió al poder usó el Palacio para traer artesanos desde Fez.


Palacio Bahia de Marrakech
Palacio Bahia

Palacio Bahia

Palacio El Badi


El Palacio El Badi de Marrakech fue edificado a finales del siglo XVI por el sultán Saadi Ahmed al-Mansur para celebrar la victoria sobre el ejército portugués en 1578 en la batalla conocida con el nombre de la Batalla de los Tres Reyes. Según los cronistas de la época era la maravilla del mundo musulmán. La construcción de este fastuoso palacio duró de 1578 a 1603 y se utilizaron los materiales más ricos para decorar las 360 habitaciones del complejo principesco. Hoy, no queda más que una inmensa explanada cava de jardines, plantada con naranjos y rodeada de altos muros. En efecto, en 1696, el sultán alauí Moulay Ismail tomó sus riquezas para construir la ciudad imperial de Meknes. Los planos de esta joya del arte islámico estuvo influenciado por los de la Alhambra de Granada.

Palacio El  Badi

Palacio El  Badi

Palacio El  Badi

Palacio El  Badi


Cigüeña meditando en el Palacio El  Badi

Tumbas saadíes


Las tumbas saadíes de Marrakech datan de los tiempos del sultán Áhmad al-Mansur (1578-1603). Las tumbas fueron descubiertas en 1917 y restauradas por los servicios de Bellas Artes. Las tumbas son, por su bella decoración, una de las mayores atracciones para los visitantes de Marrakech.
El mausoleo comprende los restos de unos seis miembros de la Dinastía Saadí, entre los cuales están los de Áhmad al-Mansur y su familia.
El edificio está compuesto por tres habitaciones. La más famosa es la de las doce columnas, que contiene la tumba del hijo de Áhmad al-Mansur. La estela está elaborada en madera de cedro y estuco. Los monumentos están hechos de mármol de Carrara.
Fuera del edificio se dispone un jardín con las tumbas de los soldados y sirvientes.



Entrada a las tumbas Saadíes
Gatita tomando el sol al lado de las tumbas
Tumbas Saadíes

Cambiando al tema de los tés...A los amantes del té os diré que cualquier té que hayáis probado antes os parecerá aguachirri comparado con el de allí, no tiene comparación...  Como nos encanta el té, nos compramos  un juego de tetera, vasos y bandeja, y ya aquí en Madrid lo primero que hicimos fue ir a comprar hierbabuena para intentar hacer un té 'parecido'.  

Y ya estaréis de lujo si os tomáis uno de estos tés en una terraza, mientras contempláis la plaza.


Plaza Jema el Fna de día



Zona de los curtidores de Marrakech


Otro día quisimos ir al norte de la medina, a la zona de los curtidores para ir a ver cómo trabajaban el cuero y las pieles. Es muy curioso de ver, pero tienes que andar bastante. Llega un momento en que sientes inseguridad, te vas como a las afueras, dejas de ver turistas, y te suelen seguir para intentar acompañarte y pedirte dinero. A nosotros nos siguió un rato un hombre hasta que se cansó y nos dejó. Pero para que os hagais una idea de su persistencia, solo decir que unas mujeres que vimos en una tienda nos comentaron que a ellas las estuvieron siguiendo unos 4 km. 

Hay que dejar bien claro que no, no quieres que te lleven. Cuando fuimos a los curtidores sí nos llevó uno, que lo preferíamos porque estaba el sitio lejos. El problema fue que nada más llegar a la entrada,se nos enganchó otro chico para enseñarnos por dentro todo (te dan hierbabuena para la nariz, porque es horrible cómo huele) y al salir nos quisieron engañar pidiendonos una burrada (200 Dh, algo menos de 20 euros). Ahí me dio un poco de miedo, porque estábamos discutiendo, en las afueras, el chico exigiéndonos literalmente esa cantidad, y la situación fue un poco violenta. Al final les dimos diez euros para nos dejaran tranquilos e irnos lo antes posible. 

Luego hemos leido que lo hacen siempre y teníamos que haber dicho que no desde el principio, que no nos acompañaran dentro porque se puede ver por libre. Y la zona además es segura, porque ademas hay mucha policia de paisano por allí vigilando… Otra opción es que quieras que te enseñen el sitio por dentro, pero siempre fija antes el precio, hábladlo antes para que luego no haya confusiones.


Zona de los curtidores

Zona de los curtidores

Buscando sitios, es imposible preguntar una dirección a alguien, sin que esa persona no te pida dinero después. Normalmente te suelen acompañar una parte del trayecto y luego ya les das alguna moneda y ya se van. Pero si ya te cansas de tanto soltar dinero, hay que buscar tácticas, preguntad sólo a mujeres o a hombres que estén en su tienda solos y que no puedan moverse de allí (muy importante solos, si hay otro hombre cerca se ofrecerá a acompañarte). Uno que nos vio viendo el mapa, por señalarnos un taxi que teníamos a dos metros y que habíamos visto de sobra,  ya nos estaba pidiendo dinero (cuando entramos al taxi metió la cabeza para pedirnos algo, y le dimos 1 Dh para que se callara y nos dejara, y encima nos pedía un euro, por solo señalar con el dedo el taxi y ya).


El último día por la mañana fuimos en una calesa (el carro de caballos) a los palmerales. Pero antes, les dijimos que nos llevaran a los Jardines Majorelle. Fue una odisea regatear el precio de la calesa, porque por llevarte a los jardines te dicen que van a tardar mucho más, en total tres horas, cuando en realidad no tardarmos en todo el trayecto ni dos horas. Si lo volviera a hacer, iría en calesa solo a los palmerales (como máximo pagad 200 Dh por el trayecto), e iría a los jardines Majorelle en taxi, que seguro que es más barato.

Jardín Majorelle



El Jardín Majorelle es un jardín botánico de Marrakech (Marruecos). Fue diseñado por el artista expatriado francés Jacques Majorelle en 1924, durante el periodo colonial en el cual Marruecos estuvo administrado por Francia.

En 1980 Yves Saint-Laurent y su amigo Pierre Bergé fundan la «Association pour la Sauvegarde et le Rayonnement du Jardin Majorelle», readquieren el chalet taller y el jardín que hacen restaurar y desarrollar en el espíritu del autor del lugar incrementando el número de especies vegetales del jardín de 135 a más de 300. Conservan la parte de vivienda para su uso privado y transforman el taller en Museo de arte islámico de Marrakech abierto al turismo o exponen su colección personal de objetos de arte Islámico del Magreb, Oriente Medio, de África y Asia: Joyas, armas, textiles, alfombra, revestimientos de madera, Alfarería, cerámicas Arabescos, telas y dibujos del artista...
Actualmente, el jardín está cuidado por 20 jardineros y es una de las atracciones turísticas más importantes de Marrakech.


 

Jardin Majorelle



Jardin Majorelle


Calesa por los palmerales

Calesa por los palmerales





Hamman en Marrakech


No me olvido de hablaros del hamman, el baño típico de allí. En las casas no tienen duchas, se lavan por partes en algo como un cubo, y se realizan estos baños un día a la semana. Antes eran para hombres y mujeres por separados, pero ahora a parejas europeas y similares, te lo hacen juntos. 
Para empezar, te bañan como con cubitos de agua caliente que te echan por encima, te enjabonan el cuerpo con  jabón negro (el famoso savon noire de allí), te quitan las pieles muertas (te salen tantas que parece que no te hubieras bañado en dos años) y después nos dimos un masaje de una hora de aceite de argán… 
Ufff, sales como nuevo, al igual que yo hubiera prescindido de la calesa y los palmerales, creo que hacerte un hamman es una experiencia única y obligatoria.


Mezquita Koutoubia


Y por último, un poquito de cultura general sobre la mezquita de la Kutubia:

La mezquita KutubíaKoutoubia o Kutubiya es uno de los monumentos más representativos de la ciudad de Marrakech (Marruecos). Su alminar es el modelo de los de las mezquitas de Rabat, con la Torre Hasan y de Sevilla (España) con la Giralda.
Situada al suroeste de la plaza Jamaa el Fna al lado de la avenida Mohamed V, la Kutubía destaca por su alminar de 69 m de altura, el edificio más alto de la ciudad. El nombre de la mezquita, que literalmente quiere decir la de los libros (kutub en árabe es "libros") hace referencia a la importante biblioteca que tuvo, además del mercado de libros que se desarrollaba en sus alrededores con más de cien puestos.
El ilustre viajero musulmán Ibn Battuta la describe, en 1352 de la siguiente forma:

Hay grandiosas mezquitas, como su aljama, la conocida por Kutubiyyin, que tiene un tremendo y colosal alminar, al que subí, mostrándoseme a la vista la totalidad de la población...
Mezquita de la Koutoubia



Si quereis tomaros una copa por la noche, podéis ir al restaurante Jad Mahal, donde además hacen actuaciones por la noche de bailarinas. Está a las afueras de la medina, así que debéis ir en taxi. Si podéis exigid que os activen el taximetro, ya que la mayoría de los taxistas no lo quieren poner para así cobrarte más. Nosotros no conseguimos que ninguno nos lo pusiera, siempre teníamos que regatear antes el precio. Es barato, sí, pero costaría menos si pusieran el taximetro legalmente.


Otro sitio curioso es el Hotel la Mamounia, cerquita de los muros de la medina. Está considerado el mejor hotel de África y uno de los mejores hoteles del mundo. Nosotros entramos para verlo y tomarnos un té en la cafetería, aunque al final no encontramos la cafetería y después de dar varias vueltas viéndolo, nos fuimos. 


 En resumen, quitando un poco la pesadez de la gente que te pide dinero por todo y el agobio de los regateos, nos ha encantado. Es una ciudad única, todos los sentidos están activados constantemente, olores, sabores, el tacto de la gente, la vista... Volveríamos seguro ya no para estar solo por allí, sino para ir al desierto o ver más ciudades.



Fuentes: Wikipedia