Aquí se encuentra el mayor conjunto de templos hinduistas de la India, famosos por sus esculturas eróticas y considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 1986.
Quizás sobrevivieron tantos templos de la destrucción masiva llevada a cabo por el imperio mogol musulmán por encontrarse en una zona poco habitual para su construcción, lejos del Ganges.
El hecho es que poco a poco fueron quedando abandonados y permanecieron ocultos en la vegetación para ser descubiertos posteriormente en 1838.
Hay varias zonas en Khajuraho con templos. Empezamos la zona este (con solo 2 o 3 templos y gratuito) para terminar en la zona oeste, la principal. En dos o tres horas es posible ver todo y tranquilamente, por lo que no es necesario hacer noche en Khajuraho si no se desea.
No se sabe cuál fue el motivo por el que los templos se decoraron con motivos eróticos. Algunos estudiosos creen que tenían un motivo educativo, enseñar el Kamasutra a los más jóvenes. Otros en cambio, creen que son un homenaje al matrimonio entre los dioses Shivá y Párvati. Otras teorías apuntan a que estas esculturas protegían ahuyentando a los malos espíritus y a los rayos.
¿Merece la pena parar aquí? Todo depende de cada uno. Si estás muy interesado en ver los templos o si tienes alguna razón en concreto, esta será una parada obligatoria. Pero si estás con la duda, personalmente creo que no es una parada necesaria, a menos eso, que te interesen mucho o tengas algún día de sobra y quieras descansar antes de llegar a Varanasi. A nosotros nos gustaron, pero quizás fue mayor el trastoque que tuvimos que hacer cuadrando medios de transporte, trenes, etc, que lo que llegamos a disfrutar allí. Voy a ser políticamente incorrecta y decir lo que pensé allí, que por mucha Unesco, si no estás muy interesado en los templos y estás justo de días, puedes prescindir de visitar Khajuraho, pero es sólo mi opinión.
Y ya si que sí, llegaría la última ciudad, imprescindible en cualquier viaje a India, Varanasi.