Lo prometido es deuda... Allá va un breve resumen de nuestros dos días en Delhi. Llegamos por la noche y poco pudimos ver, pero al día siguiente... vaya que si vimos! Es como un todo global que no deja indiferente a nadie, ruidos (¿de verdad están acostumbrados a oír ese incesante pitido constante?), olores (vale, sí, lo reconozco), colores (vivos, por todas partes), la maravillosa comida hindú (siempre que te hagan caso y no te sirvan como no picante lo que sí lo es), el acoso de los buscavidas que te preguntan a cada minuto que si quieres un tuk tuk....
Pero bueno, los mejores momentos aquí los tenemos. El templo del Loto fue el primer sitio al que nos llevaron (tuvimos coche con conductor todo el día, así que no empezamos mal). Me llamó la atención la tranquilidad del lugar, parecía que nos hubiésemos salido un ratito de Delhi...
La tumba de Humayun y sus edificios cercanos (creo que 250 INR por persona costaba la entrada).
El Fuerte Rojo. Por dentro está lleno de jardines y es perfecto para relajarte sin prisa...
Jama Masjid o Mezquita del Viernes, es una de las más grandes de la India. Intentamos entrar dos veces, pero las dos veces teníamos que esperar bastante a que acabara la hora de oraciones, así que sólo la pudimos ver por fuera (la entrada es gratuita pero por llevar cámara te cobran 300 INR).
Gurdwara Bangla Sahib, un templo sijista, el principal de la ciudad de Delhi y muy cercano a la famosa Connaught Place.
Y ahora una fotito de nosotros, nos falta el periódico del día, pero algo es algo!
Este es otro templo sij, menos importante. Obligatorio entrar descalzo (hay que dejar los zapatos en unas taquillas de la entrada), entrar con la cabeza cubierto (ellos y ellas) y al entrar mojarte los pies (este paso me lo salté).
Templo hindú Laxminarayan, gratuito al igual que los templos sij, aunque se pueden dejar donativos.
Próximo destino, Amritsar!